Composición canaria, 1937
Felo Monzón
Óleo y tierra del Teide sobre tela
156 × 302 cm
Colección del Centro Atlántico de Arte Moderno.
Cabildo de Gran Canaria.
Esta pieza, es una obra fundamental para entender el período de la Guerra Civil en Canarias. Militante del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), desde 1929, y Secretario General de las Juventudes Socialistas Unificadas, Felo Monzón fue apresado en el golpe de estado del 18 de julio de 1936. Con sus obras confiscadas, el artista acabará internado en el campo de concentración de La Isleta. Tras su internamiento, es llevado durante unos meses a la Prisión de Fyffes en Tenerife, donde pintará este magnífico mural. Durante cuatro años, pasará por tres procesos y en su encarcelamiento en los centros de Gran Canaria y Tenerife, hasta su liberación, en 1940.
En este periplo, continúa con su actividad artística pintando durante su reclusión. Crea así, en 1937, una de las obras más icónicas de su producción, expuesta de forma permanente en la Casa-Museo Antonio Padrón: Composición canaria. Un óleo de gran formato, considerado una declaración de principios políticos y estéticos de su autor.
La composición presenta múltiples elementos simbólicos, pero su autor resalta la figura humana sobre todos ellos, ocupan el primer término del lienzo, mirando al público fijamente. Se trata del campesinado isleño, trabajadores del campo, habitantes del Risco de rostros racializados, ojos rasgados, narices anchas, labios gruesos, pómulos marcados, son los tipos populares, de piel oscura quemada por el sol, reivindican la síntesis canaria tan identificativa del Indigenismo.
Los elementos del sur de Gran Canaria están presentes a través de la flora endémica, aparecen nopales, piteras y altos cardones, en los que el artista, autorretratado en el centro de la composición, se encuentra encarcelado. Monzón, único personaje que mira hacia la izquierda, posa su ojos sobre la humilde lechera.
A su alrededor, recrea sus recuerdos en la isla de Tenerife, lugar donde se enconrtaba pintando. La imagen del barrio de San José, donde se refugió tras el golpe. Paisajes que recuerdan a Marzagán, lugar que visitaba junto a su compañero de Escuela, José Jorge Oramas. Más arriba, el Roque Nublo. Al fondo de la escena, una suerte de oscuras montañas identificadas como la isla de Tenerife. La esencia de los volcanes, del Teide, está presente en la tierra que empleó como materia.
Rafael Monzón Grau-Bassas (Las Palmas de Gran Canaria 1910 – 1989)
Más conocido como Felo Monzón, se trata de nuestro artista más polifacético. No podemos entender la Historia del Arte, ni las vanguardias del siglo XX en Canarias, sin el papel tan fundamental que cumplió, tanto como artista trasgresor, comprometido con el progreso cultural de las Islas Canarias, como activista y defensor del mismo.
A partir de 1925, su trayectoria artística y personal estará ligada a la Escuela Luján Pérez, escuela libre de arte y el eje cultural más activo de nuestras islas. Los intelectuales Domingo Doreste (Fray Lesco) y Juan Carló, fundan la Escuela en 1918 con la misión de renovar la sensibilidad por la enseñanza del arte a través de un espíritu pedagógico propio de la Bauhaus, que estimula al alumno a crear con total libertad. Al rigor academicista le sustituye el de la consideración individual. No se trata solo que el alumno aprenda a dibujar y pintar, también debe ser consciente de su capacidad creativa llegando así a la interpretación personal de su obra.
El grupo de alumnos Felo Monzón, José Jorge Oramas, Juan Márquez y su hermano Miguel, Santiago Santana, Juan Ismael, Rafael Clarés, Jesús Arencibia y los escultores Plácido Fleitas, Eduardo Gregorio y Juan Jaén se convierten en la generación de artistas más importante que ha dado la Escuela. Participarán, en 1929, en la primera de las exposiciones organizadas por la Escuela, la exposición de los indigenistas, considerada un hito histórico en el panoráma artístico canario.
Pintores y escultores, lograron un Indigenismo original y múltiple que arranca del arte de nuestros antepasados canarios. A partir de las propias exigencias expresivas de los paisajes de la isla, ahondan en los tipos y formas populares para interpretar la realidad social de la isla, dando lugar a una síntesis entre modernidad e identidad, desarrollada desde estilos muy diferenciados.
En mayo de 1930 se inaugura la muestra en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, en la que Monzón conocerá a otra figura clave en el desarrollo de las vanguardias en Canarias, Eduardo Westerdahl. Crítico de arte y director de la revolucionaria revista Gaceta de Arte (1932-1936), las buenas relaciones entre ambos enriquecerán el espacio expositivo en las islas y la relación artística entre las dos provincias. En 1933, tendrá lugar su primera exposición individual en el Círculo Mercantil con cuarenta “dibujos canarios”.
Militante del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), desde 1929, y Secretario General de las Juventudes Socialistas Unificadas, cuando estalla la Guerra Civil es apresado. Sus obras serán confiscadas y Felo Monzón acabará internado en el campo de concentración de La Isleta (Gran Canaria) en 1936. Durante cuatro años pasará por tres procesos y un largo encarcelamiento en centros de Tenerife y Gran Canaria hasta su liberación en 1940. Durante este periplo continúa con su actividad artística, creando así una de las obras más icónicas de su producción, expuesta de forma permanente en la Casa-Museo Antonio Padrón: Composición canaria (1937).
En 1948 se organiza en El Museo Canario su segunda exposición individual, 40 esquemas de síntesis canaria. Se trataba de composiciones con dos o tres figuras, plantas y tipos de la isla que terminan de dar forma al nuevo imaginario plástico insular indigenista que consiguió franquear la censura del régimen franquista. A partir de 1950, se verá Inmerso en una búsqueda continua de nuevas formas de expresión, transitando por diferentes movimientos artísticos, a parte del Indigenismo. Felo se encargará de establecer una red de publicaciones y revista para dar a conocer, aquí en Canarias, los movimientos de vanguardia europeos. Mientras que participa en exposiciones, da conferencias y organiza actividades culturales y diversas muestras colectivas, el artista funda el grupo LADAC (Los Arqueros del Arte contemporáneo) junto al pintor palmero José Julio, Elvireta Escobio, Manolo Millares, Juan Ismael, Plácido Fleitas y Alberto Manrique, en 1951.
Seguirá su carrera exponiendo incluso fuera de España, en la II Bienal Hispanoamericana de Arte en La Habana en 1953; más tarde, en 1955, en la III Bienal Hispanoamericana de Arte celebrada esta vez en Barcelona y en la colectiva de Las Islas Canarias en la Biblioteca Española de Paris, en 1959. Su trayectoria académica seguirá su curso, nombrado director de la Escuela Luján Pérez en 1957.
Humanista de talento desbordante, hubiera conquistado tierras fuera de las fronteras isleñas, pero nunca quiso abandonar la isla. No le faltaron ocasiones, pero siempre se sintió con la obligación de defender la democracia política y artística en Canarias. Como director de la Escuela, fomentará el acceso libre de las mujeres a la Escuela, defendiendo necesidad del arte contemporáneo y que esas nuevas tendencias tuvieran arraigo en Gran Canaria.
Su influencia en el alumnado de la Escuela impulsará a grandes talentos isleños a desarrollar sus creaciones, sentando las bases del gran desarrollo intelectual que vendría en la década de los sesenta con artistas como Lola Massieu, Jane Millares, Rafaely, Pino Ojeda, Juan Bertancor, Ulises Parada o Paco Sánchez, entre otros. En reconocimiento a toda una vida dedicada al desarrollo del Arte en Canarias, en 1984 el Gobierno de Canarias le otorgará el Premio Canarias de Bellas Artes. El artista fallecerá en Las Palmas de Gran Canaria en 1989.
Obra
De Rafael Monzón Grau Bassas, Felo Monzón, alumno, profesor y director de la Escuela Luján Pérez, hemos querido destacar por encima de otras piezas la Composición canaria de 1937, un gran óleo sobre tela con tierra del Teide que resume a la perfección el espíritu definitorio de lo esencial, la «síntesis canaria» ideada por el propio autor y que fagocitará a la propia Luján Pérez. Una obra icónica para la Colección del Cabildo y para la plástica insular que ha sido portada de innumerables catálogos de arte, artículos científicos, charlas y coloquios y que a día de hoy mantiene impoluta su imperturbable fuerza latente.
Podemos constatarlo en las Aguadoras de Jorge Oramas del 1932, en la trascendental Composición canaria de Felo Monzón realizada en 1937.
Si bien Monzón incide en el carácter crítico de estas escenas, retratando semblantes quemados por el sol que portan sus herramientas de trabajo, Jorge Oramas nos transporta a su particular realidad que, en palabras de Agustín Espinosa, captura: «[…] como nadie ha tenido en Canarias el sentido de la luz y del color de la naturaleza atlántica»